Homenaje a nuestros Maestros y Maestras.
Este homenaje esté dedicado a nuestros Maestros y Maestras, Profesores y Profesoras.
Queremos destacarlos como MAESTROS y MAESTRAS, en su sentido más amplio, como personas de gran vocación y dedicación que, en numerosas ocasiones, les ocupa más allá de su horario laboral.
Gracias a su labor, nosotros estamos donde estamos y tenemos lo que tenemos por su dedicación constante.
Llevan la digna labor de enseñar. Construyen, moldean, cimientan, siembran y conducen los conocimientos fundamentales para el futuro de niños, niñas y adolescentes.
Ser maestro o maestra no es solo cubrir un horario de trabajo ni cumplir con los contenidos del programa escolar. Es ir más allá, ¡formar personas provechosas y exitosas! En este mundo que cada día es más vulnerable.
Es pulir, cincelar, diseñar con paciencia y tolerancia las habilidades de cada alumno y alumna, haciendo con ello una obra de arte universal.
La dignidad de este personal docente es mantener su ética profesional y responsable en bienestar de su propia actitud personal y educativa. Se cultiva, se abona, se alimenta, se enriquece y se valora con sus propias acciones.
Por su gran valor, su dignidad se fomenta día a día con el ejemplo innegable.
Por eso queremos que se sientan orgullosos y orgullosas de su profesión.
No es solo una profesión y una vocación. Es un arte porque cada grupo necesita una variación, un ajuste y una atención personal que exige sensibilidad, flexibilidad y originalidad. Una profesión porque deben saber quiénes son los niños y niñas, cómo se desarrollan; además, deben conocer muchas estrategias y metodologías y tener clara su visión del mundo y su rol. Pero, más allá de esto, tienen que tener la vocación necesaria para visualizar que su trabajo es contribuir a la formación de una personita que debe enfrentar sus propios retos y aprendizajes, que llega a la escuela con su alma, corazón, mente y espíritu dispuestos a ser lo mejor. De cada docente depende, dentro del medio escolar, cuánto avanza y cuánto aprende cada niño o niña en todos los aspectos de su desarrollo: físico, intelectual y socioemocional.
¿Cómo se puede explicar lo que significa esta profesión?
Cuando crecemos, tenemos que ir tomando decisiones para comenzar a formar nuestro futuro. Algunas personas deciden estudiar abogacía, medicina, arte, ingeniería, psicología, etc., carreras muy interesantes. Pero cuando alguien tiene vocación y decide ser maestro o maestra, ¡qué linda carrera, no? Una carrera en la que se dedica al cuidado y a enseñar a un grupo de niños y niñas que recién comienzan a descubrir y conocer la vida, el mundo.
Qué bonito es poder transmitir los valores y el amor con esas ganas de educar y ver los resultados de lo que trata de transmitir a cada uno de sus alumnos y alumnas, ya que hay un pequeño aprendizaje desde el momento en que se ven y se saludan con besos y abrazos.
Sabemos que a las plantas las endereza el cultivo y a las personas la educación. Dicen que los alumnos y alumnas son la biografía de la maestra y del maestro. Hombres y mujeres somos iguales; lo que nos diferencia unos de otros es la educación. Porque educación y cultura son las bases del progreso.
Nos gustaría mucho que todo el personal docente se sintiera apoyado por los padres, ya que en sus manos está la enseñanza de nuestros hijos e hijas. Por eso debemos educarles en la igualdad y el respeto para educarles contra la violencia.
Esta es una buena ocasión para reconocer y recordar a esas personas que han estado a nuestro lado en el aprendizaje no solo de los libros, sino de la vida.
A las maestras y maestros del kínder, de la primaria. Esas que día a día dedicaron su tiempo para enseñarnos las primeras letras y los números, que aguantaron gritos, risas de niñas y niños inquietos, que explicaban una y otra vez la lección para que la comprendiéramos.
Esos docentes que alguna vez odiábamos porque nos dejaban tareas en vacaciones y que amábamos cuando nos dejaban salir temprano al recreo. En la secundaria, aquellos que nos enseñaron lo esencial de la vida de adolescente, realmente estrictos y que nos enseñaron disciplina.
A los que soportaron con paciencia nuestras risas y burlas cuando hablaban de sexualidad, pero que a la vez nos hacían sonrojar con sus clases, esas que creíamos inútiles, pero que ahora sabemos que son la base de nuestra vida.
¡Ay, aquellos tiempos! Esos en los que crees que el mundo gira alrededor de ti. Gracias a todo el personal docente que nos hicieron poner los pies sobre la tierra y que poco a poco nos fueron guiando hacia lo que sería nuestra profesión y que hoy son recordados con mucho cariño.
Gracias a todas y a todos por los consejos, por su apoyo, pero sobre todo por la amistad brindada. Gracias porque es por ustedes que hoy somos el resultado de la educación recibida y de vuestro trabajo, ya que desde los inicios escolares dejasteis vuestras huellas en cada niño y niña.
Gracias por las enseñanzas del ayer… y los recuerdos del ahora.
Y para terminar, citaré una frase de Pitágoras que sigue siendo actual:
"Educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para las dificultades de la vida".
Colegio Fernán Caballero.
Loli eres maravillosa por todo lo que publicas de nuestro pueblo muchas gracias
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