Cerca de la entrada se erguía la “Cruz de los Caballeros” de
1645, que había sido trasladada por José Lamarque, desde Tablada en 1876.
En esta zona había una gran alberca para regar la huerta y
los árboles frutales.
El Drago
de canarias. En el
parque hay unos ejemplares de esta especie, que tiene
sólo una hilera de ramas. Está situado a pocos metros de la entrada
principal de la calle 28 de febrero, en una pradera de césped.
Antonia Díaz y Fernández, poetisa española nacida en Marchena (Sevilla) en 1827. Perteneciente a una familia acomodada, la mayor parte de su infancia transcurrió en Sevilla, donde recibió la educación propia de las señoritas de su época -una formación encaminada a dotar a la sociedad de buenas amas de casa y madres de familia-.
Antonia pasaba todo su tiempo libre
ilustrándose en la gran biblioteca que tenía su padre y así poco a poco se fue
enamorando de las letras. Le costó mucho
trabajo abrirse paso en el mundo literario, como a todas las mujeres de su
época.
En
aquellos años tener una hija escritora era vergonzoso por eso ella tomó el
seudónimo de Enriqueta Madoz de Alianza. Esto es también lo mismo que le pasó a
Cecilia Böhl de Faber más conocida como Fernán Caballero y otra mujer, Lucila Godoy Alcayaga cuyo seudónimo fue
Gabriela Mistral. También ha ocurrido con los hombres que pertenecían a
familias muy conocidas como el caso de Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto
cuyo padre se negó a que utilizara su nombre y por eso es conocido como Pablo
Neruda o Francisco Alejandro Pérez Martínez que fue conocido como Paco Umbral.
En Sevilla, residieron
primero en el número 12 de la calle Fabiola, y más tarde en el mismo número de
la calle San Esteban. En 1868, compra una extensa finca en Dos Hermanas. Dicha
finca fue la unión del “Manchón de las Morerillas y el Cercado de los novillos”
Y la que bautizan como “Alquería del Pilar”. En
honor a una hermana de José Lamarque. En ella pasarán largas temporadas, hasta
convertirla en su residencia fija a partir de 1892. La palabra Alquería
significa “Casa de Labranza”
José
Lamarque de Novoa era
hijo de francés y de trianera, fue
cónsul del Reino de las Dos Sicilias en 1865, vicecónsul de El Salvador en
1875, y cónsul del Imperio Austrohúngaro entre 1882 y 1897.
Como poeta es autor de una extensa obra de calidad desigual, marcada por su gran
admiración hacia José Zorrilla y Núñez de Arce. Entre sus obras más destacadas
se encuentran Sueños de primavera: Leyendas (1891), Cristóbal Colón, Poemas
(1892), y Desde mi retito (1900).
Era un
católico y monárquico convencido, que no dudó en defender la candidatura de don
Alfonso de Borbón (luego Alfonso XII), lo que le valió la Gran Cruz de la Real
Orden de Isabel la católica en 1876, una vez restablecida la Monarquía de los
Borbones.
En la Alquería se reunían con sus amigos, intelectuales
y artistas sevillanos y extranjeros del último tercio del siglo XIX en animadas
tertulias literarias. La condesa belga Juliette de
Robersart era una asidua a estas tertulias, otro asiduo fue Antoine
Latour que era secretario del duque de Montpensier. Eran amigos del pintor Valeriano Domínguez
Bécquer, hermano de Gustavo Adolfo. Él hizo varios cuadros a Antonia y a su
marido.
En
este frondoso jardín, en torno a un evocador palacio de estilo neomudéjar,
situaron caprichosas y exóticas construcciones (un torreón almenado, grutas,
ninfeas, una montaña artificial con una pagoda, una ría navegable con puentes,
faro, monóptero y cascada); además distribuyeron fuentes, estatúas de
personajes mitológicos, esculturas de filósofos y poetas clásicos y bustos de
los descubridores de américa. También edificaron un espacio para que anidaran
los pájaros, un invernadero para plantas exóticas y un museo de Ciencias
Naturales. El jardín se completaba con una zona boscosa
de pino carrasco y lentisco al norte, un extenso huerto con cítricos al sur, y diferentes edificaciones para el servicio (cocheras y casa
del guarda). Tenían una huerta que era regada por las aguas de la alberca.
El alminar de la casa y el
pilar de Mercurio están alineados con la estrella polar. De esta forma el cielo
estrellado y la noche quedaban integrados en los jardines de la Alquería,
facilitando observar la bóveda celeste y la identificación de estrellas y
constelaciones.
La pagoda nos habla del gusto de los propietarios por el exotismo del mundo oriental tan de moda durante el romanticismo. Este tipo de construcción chinesca y caprichosa también es un elemento típico de los jardines románticos. Aquí tenemos una planta muy exótica que es el ave del paraíso. Es una planta de Sudamérica. Las flores se colocan por encima del follaje en las puntas de tallos largos, la envoltura dura, como un pico, de la cual emerge la flor que se llama la espata, esta se coloca perpendicular al tallo, lo que le da la apariencia de la cabeza de un ave y el pico. Pueden ser blancas o de color anaranjado.
Una obra de piedra, que recuerda un castro o algo similar, sugiere la afición de los propietarios de la casa por la arqueología. Esta inclinación también se manifiesta en parte de los objetos que conservaban en el museo, una de cuyas salas estaba dedica a objetos y armas antiguas identificadas y catalogadas.
Estas piedras que tienen conchas son las que pertenecen al antiguo lago Ligustino. Ya que en cuanto se hacen excavaciones en Dos Hermanas aparecen restos de ese lago que fue esta zona.
La fuente elíptica de estilo neoclásico, está rodeada de conchas, nos vuelve a sugerir el gusto de los poetas por el mundo del renacimiento.
Antonia se había ocupado de diseñar los edificios y los jardines, cuya construcción supervisó personalmente.
El jardín era un
espacio de estilo mixto lleno de simbolismo, en el que los poetas reflejaron
sus creencias religiosas, sus gustos e influencias literarias, plasmando de
forma sensible e inteligente, por medio de la simbología de las plantas, los dibujos
de los trazados de los caminos y los parterres, los puntos focales, las
estatuas, los caprichos, edificios y estructuras constructivas, e incluso la
orientación geográfica de estos elementos, todo su mundo interior y su
ideología. Era en definitiva, para Antonia Díaz y José
Lamarque, era la representación del Paraíso en la tierra.
La ría, de ondulada orilla, es una representación del mar con referencias al mundo medieval y andalusí. Este conjunto es de estilo romántico. Esta pequeña laguna, cuyo largo y ancho cumplen la proporción áurea, 2 metros de ancho y la altura de 1,50 el canal, consta de un puente y una isla en el centro, en esta hay un monóptero de estilo andalusí, con el arco de estilo ojival multilobulado, también hay un faro. En la parte norte hay un embarcadero, donde se podía coger un pequeño barquito de remos. Estaba rodeada de vegetación propia de ribera, sobre todo almeces, álamos blancos, y el suelo alfombrado por hiedra. En la orilla de la ría hay una ninfea, elemento constructivo que aparece en jardines neoclásicos, barrocos y románticos, donde se supone habitaba una ninfa, ser mitológico asociado a la naturaleza. Este elemento decorativo se repite en otros rincones del jardín.
Mis hermanas y yo aprendimos a nadar en este maravilloso lugar, porque mi abuelo Cristóbal Guerrero Bello era el jardinero de la Alquería del Pilar. Vamos a la parte de la entrada principal para poder ver el laberinto que está construido con el boj común. En esta zona dedicada a los descubridores de América se encontraban Una estatua de Cristóbal Colón en el centro y estaba rodeada de los bustos de Américo Vespucio, Juan de la Cosa, y Alonso Ojeda, Vicente Yáñez Pinzón, Hernán Cortés Francisco Pizarro y Juan Díaz de Solís. La altura del laberinto ha bajado mucho y su longitud se ha quedado reducida, se han quitado más de 30 m². Frente a la casa encontramos la fuente de estilo grutesco que podría tener algún tipo de semejanza con una rosa de los vientos.
Junto
al laberinto de tuyas, hay varios setos Bonetero de Japón y varias
esparragueras.
Además, en
el parque, hay una zona deportiva para personas mayores, una pista de patinaje,
unos espacios para los menores, un lugar cerrado con animales de granja y aves,
un bar restaurante, un auditorio al aire libre que se
ha construido en una antigua cantera de piedra de albero, un
espacio habilitado como merendero, un kiosco de bebidas y
chucherías y un amplio aparcamiento.
Ellos fueron Mecenas y protectores de artistas y escritores, se cuentan entre los financiadores de la primera edición de las “Obras” de Gustavo Adolfo Bécquer, en 1871, de la que se conserva un ejemplar en su biblioteca. El edificio, que por dentro se adaptó para ser la sede de la Comandancia de Policía Municipal inaugurada en 1985 y que actualmente es un gabinete psicopedagógico del Ayuntamiento.
La finca tenía cerca de 6 hectáreas, sus límites eran: al norte una cantera
de piedra de albero y huertas, al este la carretera de Alcalá, al sur la vía
del tren Sevilla-Cádiz y al Oeste la finca del Conde de Ybarra, de la que
estaba separada por un ramal de vía del tren, que se usó para sacar la piedra
de la cantera para construir la vía desde Sevilla hasta Cádiz.
En la cantera existente en la Huerta de Ybarra se ha
construido el Auditorio Municipal Los del Río, con más de 7.680 m² con zonas de césped, escenario, vestuarios y
aparcamiento propio.
Ya en
su vejez y fallecida su mujer el 19 de mayo de 1892, sigue en contacto con
algunos poetas jóvenes entre los que destaca Juan Ramón Jiménez. El matrimonio no tuvo hijos sus herederos fueron los
sobrinos de Antonia. Su marido abandonó la Alquería y se fue a
vivir a Sevilla. Tras su fallecimiento se vendió la propiedad pasando por
varios dueños hasta sus últimos propietarios que fueron
los herederos de D. Pablo Ramos Carretero, pasando a posteriori a su hija Mª del Pino Ramos Sainz, ultima propietaria que fue la que llegó
a un acuerdo con el ayuntamiento de Dos Hermanas en 1980, abriéndose al público en el año
1983.
Hay
muchos Cipreses por todo el parque lo mismo que hay Eucaliptos de varios
tamaños y clases. Los eucaliptos llegaron de Australia, pero los cipreses eran
autóctonos de Andalucía y fueron eliminados por los romanos que lo utilizaban
para hacer los barcos, solo respetaron los que había en los cementerios porque
ellos eran muy supersticiosos. En la Alquería del Pilar hay cerca de 100
especies botánicas diferentes entre árboles, y plantas.
Había en aquella época muchas cigüeñas que anidaban en las distintas torres de nuestra ciudad. Después emigraban a África. Ocurrió que a una de ellas se le partió un ala, Antonia y su marido la curaron. Pero la cigüeña nunca más se marchó. Se paseaba con ellos por los jardines. La llamaban con un silbato para comer.
En el parque, hay una zona deportiva para personas mayores, una pista de patinaje, otra para hacer skate, un espacio cerrado con animales de granja y aves, un bar restaurante, un auditorio al aire libre que se ha construido en una antigua cantera de piedra de albero, un espacio habilitado como merendero, un kiosco de bebidas y chucherías y un amplio aparcamiento.
Por último, pasando el espacio donde hoy se encuentran las máquinas de ejercicios bio saludables, por donde en su día pasaba el tren cargado de material de la cantera, entramos de lleno en los terreros que adquirió en 1850 el Conde de Ybarra. En esta zona están los Árboles o palo borrachos.
En esta zona se puede apreciar la casa de estilo
inglés que construyó y que, en la actualidad, es la Casa de la Cultura. Cuyo
propietario era el Conde D. José
María Juan Ybarra Gutiérrez de Caviedes (Bilbao 1816 – Sevilla 1878) Alcalde
de Sevilla e inventor de la Feria de Abril. En 1846 fue uno de los promotores
de la Feria de Abril, junto a su amigo el catalán Narciso Bonaplata, ambos
fueron los autores de una propuesta para celebrar durante los días 19, 20 y 21
de Abril una feria anual. En marzo de 1847, la reina Isabel II concedió a la
ciudad de Sevilla el privilegio de feria, celebrándose un mes más tarde la
primera de su historia con la duración de los tres días expresados. Así que un
vasco y un catalán fueron los fundadores de nuestra feria de Sevilla.
Ybarra construyó una pequeña
capilla adosada, rodeada de hermosos jardines de diseño ecléctico. Éste edificio fue conocido como el Palacio de San Luis. Sus últimos propietarios fueron los herederos de D. José
María y Laso de la Vega y en la actualidad está destinado su uso como Casa de
la Cultura. Su última propietaria fue Dª. Cecilia Ybarra y Mendano que vendió
esta propiedad al Ayuntamiento.
En 1877, el rey Alfonso XII le concedió el condado de Ybarra, a don José
María Juan Ybarra Gutiérrez de Caviedes, convirtiéndose en el primer conde de
Ybarra. Falleció en Sevilla el 14 de mayo de 1878.
1908 D. José Mª Ybarra Sainz de la Maza VI conde de Ybarra
Crea la marca Saimaza, que nace en Sevilla en el año 1908, su fundador es don Joaquín Sainz de la Maza. Ese mismo año, abre su primer establecimiento en pleno corazón de Sevilla.
A principios del siglo XX nace la marca cafetera Saimaza. La funda Joaquín Sainz de la Maza en Sevilla. Su fundador, miembro de una familia de gran arraigo en la ciudad, abre una tienda en el Centro. Es el germen del imperio del café sevillano.
Más tarde pondrían una fábrica en Dos Hermanas y en 2014 fue vendida a la empresa Mondelez de Italia.
Esa finca
fue propiedad de la familia de Catalina de
Ribera era la Casa recreo de Villa Dolores. La heredó don Ramón
Ybarra González, y construyó en primer lugar una huerta que después transformó
en jardín. Sus últimos propietarios fueron don Luis Gerardo Afán de Rivera y su
esposa doña Cristina Ybarra Ybarra, la cedieron al Ayuntamiento para ser
utilizada en los terrenos del parque. Actualmente se usa como Delegación de
Asuntos Sociales junto con un nuevo cuerpo añadido que es la Guardería
Infantil.
¿Debe
o no la mujer ser instruida? |
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¿Debe
o no la mujer en la ignorancia |
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vivir
eternamente adormecida? |
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Cuestión
es para mí de alta importancia, |
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y que
en secreto ocupa el alma mía |
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desde
las dulces horas de la infancia. |
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Yo
adoré desde niña la poesía, |
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y
ella puras y nobles ambiciones |
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a mi
anhelante espíritu ofrecía: |
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mas
en breve sus dulces ilusiones |
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rápidas
de mi vista se ahuyentaron |
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ante
el hielo de ajenas convicciones. |
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Contemplé
que si algunos ensalzaron |
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a la
que el don de la poesía obtiene, |
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otros
llenos de hiel la despreciaron. Este
poema lo compusieron varios poetas de la época a la muerte de Antonia Díaz.
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